El plasma rico en plaquetas es un tratamiento que consiste en extraer la sangre del propio paciente. A continuación se separan por un lado los glóbulos rojos y blancos y, por otro, el plasma y las plaquetas que componen la sangre, para utilizar así los factores de crecimiento que poseen estas últimas. Esto se consigue introduciendo la sangre  en un sistema cerrado que, al centrifugarla, permite esa separación. Después se inyecta en el cuero cabelludo el plasma con mayor proporción de plaquetas para favorecer ese crecimiento capilar que buscamos, en un proceso rápido e indoloro.
El PRP contiene una serie de factores de crecimiento y proteínas que aceleran la reparación de los tejidos. Como algunos tipos de pérdida de cabello están causados por daños en los folículos pilosos, los investigadores han planteado inicialmente la hipótesis de que el PRP podría ayudar a regenerar el cabello invirtiendo el proceso que se produce en la alopecia androgenética. Desde entonces, el PRP se ha convertido en un gran método para recuperar el crecimiento del cabello, ya que al infiltrar PRP en el cuero cabelludo para el tratamiento de la alopecia se consigue aumentar la calidad del pelo y desarrollar el grosor del ya existente.


El PRP se inyecta al nivel de la dermis, y su efecto estimulante tiene la capacidad de rehabilitar los folículos que se encuentren en fase de envejecimiento. De este modo se vuelve a producir cabello con una buena calidad y resistencia. Todo ello se logra mediante el aumento de la vascularización de la zona tratada, favoreciendo así la producción de colágeno y contrarrestando el efecto negativo de los radicales libres. Con todo ello se evita el envejecimiento celular. Además, y al mismo tiempo, el PRP estimula las demás unidades foliculares para que también produzcan pelo más fuerte y resistente. 

Al mes de tratamiento se empieza a notar que el cabello se va engrosando y que se van ganando densidad capilar. Pero es sobre todo a partir de la segunda sesión cuando los efectos resultan más visibles.
Normalmente suele darse una sesión cada 3 meses, sobre todo durante el primer año o después de un trasplante capilar, para acelerar la recuperación y potenciar los resultados.
A partir de ahí lo recomendable es realizar una o dos sesiones de mantenimiento anuales una vez que la caída del cabello esté controlada, ya que los resultados suelen durar de 6 a 12 meses.

En Alena Clínica Estética realizan este tratamiento profesionales de Medicina Estética y Dermatólogos.

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